Colegio de niños ciegos CEVIC
La discapacidad en Uganda sigue siendo un tema tabú, la gran mayoría de veces los padres huyen alegando que ellos no tienen hijos así, se les esconde o directamente se les deja morir. Los juicios…
Nuestro precioso colegio para niños con discapacidad visual.
La discapacidad en Uganda sigue siendo un tema tabú, la gran mayoría de veces los padres huyen alegando que ellos no tienen hijos así, se les esconde o directamente se les deja morir. Los juicios sociales a los que se enfrentan son inmensos y haber creado un espacio seguro para todos estos niños, sin duda, es uno de nuestros mayores logros.
Ya son más de 50 niños que reciben educación adaptada gratuita y comidas aseguradas diariamente. Pero lo más importante, es que estos niños ahora tienen el sentimiento de pertenencia. Se sienten parte de un grupo, tienen la oportunidad de sentirse comprendidos, apoyados y pueden compartir sus experiencias y sentimientos. Y eso, no tiene precio.
El colegio empezó en 2009 con solo 6 niños gracias a un matrimonio ugandés que, con dos niños ciegos, no encontraba ninguna escuela donde poder llevar a sus hijos. Así que, a duras penas y sin fondos, abrieron ellos su primera clase.
Pero por suerte, hace años ya que los conocimos y desde ese momento, no hemos dejado de apoyarles. Durante todo este tiempo, hemos cubierto absolutamente todos sus gastos y año tras año se han ido incorporando más y más alumnos hasta llegar a los más de 50 que tenemos a día de hoy.
En 2022, conseguimos comenzar la construcción de un nuevo colegio y gracias a todo el apoyo recibido desde España, en enero del 2023 pudimos inaugurar las nuevas instalaciones. Han podido trasladarse del cole en ruinas y peligroso donde estaban, a un entorno totalmente adaptado a ellos y su discapacidad. Ahora se les ve felices, libres y con un futuro por delante.
Desde Babies Uganda no sólo cubrimos todos los gastos del colegio sino que hemos querido ir un paso mas allá. Debido a la absoluta pobreza de la gran mayoría de los niños del cole, hemos creado un programa de ayudas directas a sus familias, de manera que todos los meses reciben una aportación para ayudarles a sobrevivir y así, cuando los pequeños vuelven a sus casas en vacaciones, puedan tener un entorno mas confortable el tiempo que están allí. Este programa ha hecho también que estos niños sean vistos por las familias y los vecinos como una bendición y no como una maldición, como ocurría en muchos casos.
